De la noche a la mañana organizó nuestras vacaciones. Nos fuimos con Marina y Roxana -dos de sus amigas que también estaban separadas- y sus respectivos hijos a Pinamar, a la casa de Marina.
Cada martes sabrán más. Los martes me transformaron. Y así esperarán al martes. Como yo lo esperaba. Una historia de amor, de hambre, de padres e hijos, de vida y de muerte, de resurrecciones. La historia del final de Ana.
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