Estaba sola en un colegio nuevo con pollerita y sin varones. Los hombres parecían querer irse de mi vida. Decidí encontrar una causa justa a esto que me estaba pasando. Si no era porque Dios me odiaba, lo que era impensable según la Hermana Rosario, tenía que haber otra explicación. Y la única que encontré para ese entonces, fue mi aspecto. Si papá y mamá se habían separado era porque ella había cambiado, transformándose en un elefante. Papá no soportó más dormir y peor aún, hacerle el amor a un mamut, y se fue con una chica un poco más grande que yo, y otro poco bastante más delgada.
2 comentarios:
Hola linda.. encontre tu blog por medio de otra princess.. y la verdad es que no debes perder la creencia en Dios.. hay veces que el matrimonio no resulta y no es por la gordura o algo así como tú crees corazón.. cuando somos novios todo es amor y nadie sabe como es realmente hasta que se convive con la pareja.. no te culpes, y no culpes a nadie por esto.. sencillamente no eran el uno para el otro y quizas la distancia haga que se extrañen y se den cuenta que se necesitan y si eso no ocurre es porque no eran para si... todo ocurre por algo linda... fuerzas y no decaigas ellos tambien te necesitan no creas que es fácil para ellos todo esto... besotes!! te sigo...
maricarol: Gracias!!! :)
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