Si hubiera podido bajar 30 kilos, habría desaparecido. A los trece años, luego de la separación de mis padres, y sin una sola amiga en un colegio nuevo y de mujeres, desaparecer era lo único que deseaba.
Cada martes sabrán más. Los martes me transformaron. Y así esperarán al martes. Como yo lo esperaba. Una historia de amor, de hambre, de padres e hijos, de vida y de muerte, de resurrecciones. La historia del final de Ana.
2 comentarios:
Muchas veces he sentido ese sentimiento de querer desaparecer, la vida es demasiado complicada y sentimos que hay muchas personas que estan en nuestra contra. Pero creo que al mismo tiempo tambien estamos aqui por alguna razon sea la que sea... y quisiera descubrir cual es...
Qué gran descubrimiento: la razón para vivir! Indispensable! Sigue buscando, siempre.
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