Cuestión que
hicimos el maldito viaje. Mamá parecía no querer ver lo que me pasaba. Todo era
aceptable porque tenía casi catorce años. “Es la edad” era su lema favorito. No
se hacía cargo de que era una gorda y un mal ejemplo para su hija adolescente.
No se responsabilizaba de que papá la hubiera dejado por ese mismo motivo. No
le importaba que yo no tuviera amigas y que me la pasara haciendo absurdas
dietas. No le preocupó en absoluto que su nena en treinta días hubiera ido una
sola vez y vestida a la playa.
Cada martes sabrán más. Los martes me transformaron. Y así esperarán al martes. Como yo lo esperaba. Una historia de amor, de hambre, de padres e hijos, de vida y de muerte, de resurrecciones. La historia del final de Ana.
Advertencia de contenido
El contenido del blog no pretende incitarte a ninguna conducta. Lo que hagas con la información que encuentres en este sitio, será de tu exclusiva responsabilidad. Si sos menor de edad, te recomiendo conversar con un adulto antes de continuar.
3 comentarios:
Una pregunta, esto que escribes ¿Lo haces desde el punto de vista que tenías cuando sucedió, o desde el actual? ¿Sigues pensando que tu madre tuvo la culpa de todo, desde su divorcio a lo que te pasó?
La historia la escribí hace bastante por lo que el punto de vista es el de aquella época. Mi madre no tuvo la culpa, pero sí colaboró para que Ana se apoderara de mí.
Comprendo, gracias por la aclaración, ahora lo entiendo mejor :)
Publicar un comentario